3 Observaciones acerca de la Oracion

I. Debemos Orar sin cesar.

La Viuda persistente

Lucas 18:1-8 Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer, (2) diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno. (3) Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: “Hazme justicia de mi adversario.” (4) Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: “Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, (5) sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia.” (6) Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo* el juez injusto. (7) ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? (8) Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?

II. Debemos Orar con la actitud y motivo correcto

La Autojusticia no es agradable a Dios

Luk 18:9-14 Refirió también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y despreciaban a los demás: (10) Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. (11) El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. (12) “Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.” (13) Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador.” (14) Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.

Hay oraciones que Dios no contesta

Mat 6:6 (6) Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. (7) Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. (8) Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.

Si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.

1Jn 5:13-15 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. (14) Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye. (15) Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.

III. Debemos Orar con FE

El Ciego persistente

Lucas 18:35-43 Y aconteció que al acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando. (36) Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello. (37) Y le informaron que pasaba Jesús de Nazaret. (38) Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! (39) Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! (40) Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó: (41) ¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor, que recobre la vista. (42) Jesús entonces le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado. (43) Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios; cuando toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios.

Heb 11:6 NBLH Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan.

La mano de Dios no se mueve por necesidad sino por FE.